Por David Díez Llamas, Autor de La Personalidad Leonesa/La identidad Leonesa/El proceso autonómico leonés ( http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/comes-yo-la-junta-digo_954436.html, publicado el 04.02.2015 en Diario de León)
Un poco fuerte no, que te digan lo que tienes que comer. Se podría entender en unos padres que le dicen a su hijo lo que debe de comer en su afán de educar gastronómicamente a su hijo, pero que desde una administración te digan lo que tienes que comer y lo que no, pues yo no lo entiendo, ni lo admito.
En su afán impositivo la Junta promueve un decreto en el que obliga a los restaurantes a que incluyan necesariamente en su carta un porcentaje de productos Tierra de Sabor. Vamos es algo así como que usted por narices tiene que tomar «aceite de ricino» pero con la diferencia de que a ese aceite se le suponían unos efectos beneficiosos para la salud aún cuando su sabor fuera deplorable. Tierra de Sabor genera la misma repulsión pero nadie ha dicho que tenga algún tipo de efecto beneficioso para la salud.
Frente a la cultura del convencimiento la Junta practica la de la imposición. Que Tierra de Sabor no funciona, ni convence, pues la imponemos por decreto. Ello no deja de ser más que una evidencia de que Tierra de Sabor es una marca política que unos políticos promueven y no un sello de calidad. Es el consumidor y los restaurantes los que deben tener la capacidad de elegir que es lo que prefieren. Vendría ser el a,b,c de cualquier política liberal que se precie. Por el contrario es propio de unos criterios intervencionistas este tipo de política en la que la administración pretende nada más y nada menos que decir lo que cada uno debe de tener en su plato. ¿Habría que decir a la Junta que si en esas obligaciones se incluyen comer gusanos o eso sólo lo dejamos para los comedores escolares?
¿Han visto los anuncios de Tierra de Sabor? La verdad es que no tienen desperdicio o lo tienen todo, según se mire. Justifica su color amarillo por cuanto «evoca a los campos de Castilla», luego también hace referencia a un lugar «plagado de castillos, «de «los trigos dorados al sol». Si entramos en el apartado de gastronomía encontramos referencias a «la sopa castellana (con o sin senderuelas)». Vamos que en ese plato que nos quieren hacer comer, sin haberlo nosotros pedido, nos incluyen una carta que dice «la Región Leonesa es Castilla»(y el queso leonés castellano). Que quieren que les diga pero a mí eso me recuerda a que estamos en la Comunidad de Castilla y León aún cuando el comensal (la Diputación de León) dijo por 20 votos a 4 que no quería ese plato autonómico.
Los leoneses somos amantes de nuestras libertades. Está en nuestro ADN, somos los que hemos defendido las Cortes como instrumento democrático de primer orden, aquellos que hemos apostado por la política como instrumento para resolver nuestros problemas. Está norma que quiere implantar la Junta de «usted come lo que yo le digo» va contra nuestros principios más básicos y elementales. Atenta directamente contra la personalidad leonesa, contra nuestra forma de ser. Es propio de aquellos que siempre han seguido criterios impositivos en cuanto se creen en la verdad y por tanto ¿para qué consultar con nadie, para que las cortes, para que la opinión de la ciudadanía...?
Una de las cosas malas es que este tipo de políticas las pagamos también los leoneses. Es decir usted hace lo que yo le digo, como lo que yo pongo en su plato pero eso sí pagar, paga usted el plato, la propaganda y a mí que soy el que da la orden de que sea así. La verdad es que no puedo entender que algún leonés pueda estar de acuerdo con esto, con independencia de lo que pueda ser su posición política.
Esa cultura de usted hace lo que yo le digo para que pueda recibir cualquier tipo de subvención es también la que hace que se exija a las Casas de León que pasen a denominarse de Castilla y León para que les llega el dinero que si reciben las Casas serviles. No sólo es el derecho a seguir siendo lo que han sido siempre, leoneses, supone la defensa de la propia dignidad y libertad. Supone el derecho a decir «yo decido y usted no es nadie para decirme lo que se incluye en mi plato o en mi casa».
En la crisis política que padecemos, un origen importante es que algunos se han creído «propietarios» de los recursos de las instituciones y no meros «administradores» de los mismos. En Tierra de Sabor entiendo que ocurre algo de esto mismo. Es una marca y enseña política que nace con el recurso de todos para el servicio de algunos. Yo quiero seguir decidiendo lo que se come en mi plato ¿Y usted?
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