El hecho relevante de la misma fue el inicio de una nueva etapa y la renovación de la Junta Directiva, que quedó constituida por Joaquín Alonso como presidente, Luis Arias como secretario, José Carlos Rodríguez como tesorero y Alicia Valmaseda y Tino Carbajo como vocales.
El propósito de la misma es retomar los objetivos de la Asociación y generar nuevas expectativas de este interesante proyecto, manteniendo los fundamentos básicos que dieron lugar a su fundación.
Se trataron durante la asamblea aspectos imprescindibles en el inicio de cualquier periplo de esta naturaleza, esto es, cuotas, actualización del listado de asociados, etc. En cartera hay ambiciosos proyectos que por su número no llegaron a ser expuestos en su totalidad por falta de tiempo, a la espera de otro momento que permita definir las actuaciones futuras con la plena aprobación de los socios.
Como uno de los objetivos es ampliar el sentido cultural y social de la Asociación, se aprobaron iniciativas como la realización de encuentros gastronómicos con otras asociaciones gastronómicas de la Región Leonesa, el fomento del conocimiento de la cocina tradicional salmantina y zamorana, la participación en celebraciones tradicionales en las que se pueda compaginar el conocimiento y vivencia de la tradición y la cocina del pueblo, la elaboración de un cancionero de “sobremesa”, el mantenimiento de los contactos iniciados con “Prada a Tope” y con el bar-restaurante “Somoza”, por el interés mostrado por la cocina de raigambre leonesa. Estas cuestiones y algunas más son el “aperitivo” de otras ideas más ambiciosas, que trataremos en una próxima asamblea.
Después del debate y las subsiguientes aprobaciones, el restaurante “Somoza” de León sirvió una sabrosa “comida leonesa” consistente en un “entrecuesto” −como llaman al espinazo de cerdo en Maragatería y en Babia, aunque también es conocido como “cerrao” en Omaña− acompañado de chorizo, berza, patata cocida y un buen vino de la variedad Prieto Picudo para rematar con un postre también recuperado, manzana frita con manteca, acompañado de café de puchero y licores de hierbas, frambuesa y miel.
Los anfitriones, Mª José, que fue la cocinera, y su marido Fito, comentaron desde la perspectiva gastronómica y cultural lo que representó este plato hoy olvidado, pero que formó parte del comer de las gentes de nuestros pueblos. Es por ello que, en la filosofía culinaria de su restaurante y en su afán por recuperar “sabores antiguos” de la cocina leonesa, les sirve para celebrar todos los años, de enero a marzo, unas Jornadas Gastronómicas dedicadas al “entrecuesto”. Su interés culinario hizo que, por recomendación de Mª José, los asociados planteasen repetir el menú en la época del Samartinu, por ser más propicio ese tiempo para su degustación, algo que recomendamos para los que busquen algo diferente y enraizado en la tradición.
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